miércoles, 19 de agosto de 2015

Kindan No Koi - XXV - El inicio del final.

Siempre quise ir a viajar en un dirigible. De esos en los que en su cabina flotante tiene un restaurante, siempre quise poder cenar con Oscar en uno de esos. O tener una cena en la noche en la cima de un edificio muy alto. En la noche, en una noche estrellada, en un edificio alto, tan alto que la contaminación lumínica no pueda llegar hasta allí y pueda ver las estrellas mientras Oscar y yo hacemos el amor. Supongo que es solo una fantasía, y supongo que lo seguirá siendo.


Después de salir del edificio regrese al tercer piso del edificio del frente, pasaron unos minutos antes de que llegara la policía. Sinceramente no esperaba que Oscar mintiera, me sentiría mejor si él decía la verdad. Que yo asesine a Natán. En cualquier caso sí lo hizo se mantuvo la mayor discreción posible para no alarmar a la sociedad. Y si mintió y dijo que había sido él, y temo que sería la razón por la cual aún no me encuentra…

Me asuste y baje de ese lugar. Baje y me fui corriendo. Necesitaba ropa. La misma ropa blanca y sucia me delataba demasiado. Sin mencionar que era casi transparente, aunque la suciedad parecía darle una o dos capas de profundidad más y no se veía nada. Así que solo se me ocurrió robar un almacén, pero que tontería. Me atraparían en segundos. Así que también se me ocurrió ir a casa de mi tío y preguntarle si tenía mi ropa… claro que, tenía 17 años cuando me llevaron al internado. Y ya con 19 años creo que no me quedaría muy bien. Pero aun así decidí ir a decirle.
Estaba en la puerta y toque tres veces con los nudillos. Espere casi nada hasta que me abrió mi tío.

-Sobrino!
-Hola tío. Como estas?- Dije con una sonrisa.
-Bien. Pasa, pasa! Que te trae por aquí?
-Tío. Quería saber si aún tienes mi ropa. No sé si me quede pero preferiría no tener que comprar ropa de nuevo.
-Claro que sí! Y si no te queda vamos a comprar!
-Gracias tío. Pero me conformaría con la que tengo.
-Ven y miramos en tu habitación…

Me pareció curioso cómo es que no se percató de mi estado… El deplorable aspecto que tenía, yo, mi ropa, y posiblemente mi rostro. Caminamos por el largo pasillo que separaba las tres habitaciones y entramos en mi habitación. No estaba muy diferente. Solo un diferente color en las cobijas y un tapete grande en el suelo. Mi tío me indico donde estaba mi ropa. Curioso. No había movido ninguna de mis cosas. Mi ropa seguía en su lugar. Y mis zapatos, abrigos gorras y de más cosas. Todo intacto.

-Creo que me la mediré.
-Vale…
-Ah… puedes salirte?
-Qué? Hemos tenido sexo y no me dejas que te acompañe mientras te mides la ropa?
Oh…-Reí.- Tienes razón.
-A propósito. Porque tienes la misma ropa de la última vez? Y…
-Qué?
-Por Dios… tienes sangre en el pantalón?

Me di cuenta de que el haber asesinado a Natán no había sido del todo “limpio” tenía casi todo manchado de sangre desde la rodilla para abajo, Mis brazos tenían marcas de sangre también, tal vez por eso no pregunto antes, porque la ropa parecía tan diferente con la suciedad y la sangre que parecía otra cosa.

-No. Es colorante rojo. Oscar y yo nos pusimos a jugar con eso… y terminamos manchados. Por eso te vine a pedir la ropa
-Sera mejor que te bañes antes de que te la pongas.
-Supongo.
-Ven vamos a darte una ducha.-Dijo mientras me agarraba de un brazo y me halaba para que lo siguiera.- pero yo ya estaba desnudo y el novio de mi tío estaba en casa, así que me negué.

-Espera tío. No quiero que el otro chico me vea así.
-No le va a importar. Déjate de dramas y sígueme.
-Déjame ponerme primero la ropa.
-Ni loco.-Dijo agarrándome por las piernas y alzándome.

Me llevo alzado hasta la ducha, donde me bajo

-Mi amor!-grito Eliot en la puerta.
-Dime!-Se escuchó de vuelta.
-Me daré una ducha con David. Te importa?
-Puedo meterme después?
-Puede meterse después?-Me pregunto mi tío
-Qué? Porque?
-No creerás que solo te vas a bañar… has pasado año y medio en un hospital necesitas los cuidados de tu tío.
-Pero solo quería la ropa
-Si puedes meterte después!-Grito mi tío en la puerta
-Qué? Porque hiciste eso?-Pregunte
-Cállate y metete en la tina.- Cuando dijo esto me voltee a mirar y me di cuenta de que el baño había sido remodelado, la “tina” era más bien como un Jacuzzi con una regadera en el techo. Y era muchísimo más amplio de lo que era antes.
Mi tío abrió la ducha y se empezó a desnudar. Recordaba a un tío lampiño y bien rasurado en todo el cuerpo. Pero esta vez vi a mi tío bastante velludo en todos los lugares visibles. No era velludo como un oso, pero tenía una capa un tanto gruesa de vello en el pecho y una línea que cruzaba del pecho hasta el obligo y seguí bajando hasta perderse en el calzoncillo. Me pareció bastante sexy que mi tío se dejara crecer el vello. Lo hacía ver más varonil y dominante. Poco antes de meterse en la ducha se acercó a mi totalmente desnudo y me agarro por el pene, que tenía una erección que antes no había visto, me acerco a él y me beso. Pensé en Oscar. Ya había sido bastante miserable acostándome con Jax y con Johan, pero sinceramente creo que solo fue sexo. Saben… Entre el pene y el corazón existe una gran diferencia, y, es por eso que sexo siempre va a ser solo sexo. Con Oscar, cambia de tema.

Nos metimos bajo los pequeños chorritos de agua que caían, mi tío, muy pegado a mí, tomo una esponja y le aplico mucho jabón líquido sobre ella, empezó a frotarla contra mi suavemente, por los brazos, por los hombros, la espalda, las nalgas,  y luego repitió el proceso por el otro costado. Al terminar, me pidió que me sentara en uno de los escalones de la tina. Yo obedecí. Él se arrodillo y empezó a lavar muy cuidadosamente mis piernas y mis pies, dejando a lo último mi pene, que tomo con sumo cuidado y maestría, y empezó a lavar con la esponja. Al terminar, mi pene, mojado, limpio, alto como roble y duro como diamante. Mi tío lo lamio una y otra vez, con timidez y cuidado, como un niño cuando prueba algo que los padres le dan por primera vez, queriendo saber si es dulce o salado, agrio, amargo, o cuál es su sabor. Después de hacer eso durante un rato, tomo mi pene y se le metió a la boca. Había olvidado que tan bien lo hacia mi tío, con tanta delicadeza y ternura. No pude evitar soltar un gemido, el cual el  intento repetir metiéndose mi pene lo más profundo que su garganta le permitía antes de tener una arcada, me sorprendió ver que podía metérsela entera, y si hubiera querido se hubiera podido meter mis huevos también. Siguió así durante un rato, jugando con mi pene y con sus manos apretaba mis tetillas, lamia el glande y a veces lo mordía con suavidad, cosa que me hacía dar saltos de placer, o chupaba solo el glande,  luego yo le pedí que me dejase hacer lo mismo y el de inmediato se sentó en el escalón, a mi derecha y yo me agache y empecé a tocar por primera vez en mucho tiempo el miembro de mi tío, era suave, y caliente, era tierno y grande. Me lo metí lo más profundo que pude, pero, mi garganta no esta tan entrenada como la de él y su pene es mucho más grueso y largo que el mío. Así que me limite a metérmelo lo más profundo que podía sin vomitar al contacto de su glande con mi campanilla. Me encantaba como se veía su vello mojado, y aún más el del pecho. Me despegue de su pene y me levante antes de que se corriera, tome el shampoo y se lo puse en la
Cabeza, a pesar de que  estaba totalmente limpio. Le lave el cabello lo mejor que pude, y el hizo lo mismo. Yo, sentado en sus piernas, lavando su cabello y el lavando el mío. Entonces escuchamos que la puerta se abre, era su novio, de inmediato vio a escena se desvistió y se metió con nosotros, ya que nos habíamos terminado de lavar el chico puso el tapón de la tina  y mientras se llenaba la tina me empezó a besar el cuello. Eliot agacho la cabeza y empezó a lamer mis tetillas, era una sensación bastante erótica, tener a dos hombres bastante velludos, uno moreno y otro rubio, besándome y tocándome. Dos hombres más grandes que yo por mucho, podían hacer lo que quisieran conmigo aun en contra de mi voluntad, pero hasta ese momento estaban siendo muy amables y tiernos conmigo así que no vi porque debería evitar que siguieran.
Una vez llena la tina Eliot se dio la vuelta, poniéndose de cuatro patas contra el escalón de la tina, a lo que su novio se le monto encima y empezó a meter su pene de no más de 20cm por el ano de Eliot. Una vez dentro el chico me miro y me dijo “Dale, Métemelo.” Yo pensé “Ok” y me pare sobre el escalón de la tina y apunte mi pene en dirección a su ano, empecé a empujar y cuando ya tenía la punta dentro el empezó a embestir a Eliot, cosa que hacía que al sacar su pene de Eliot metiera el mío. Así que yo no tenía que hacer nada, estuvimos así un rato. Él se lo metía y sacaba a Eliot y yo se lo metía y sacaba a él. Luego Eliot pidió que nos detuviéramos y yo me Salí del chico.
Mi tío se sentó en el escalón y me llamo con un gesto con las manos, yo sabía lo que tenía que hacer, pero no quería, hacia bastante que no me lo hacían con un pene tan grueso y largo. El de Johan era largo pero no grueso, lo cual me hizo sentir muy poco dolor, casi nada. Mi tío era otra cosa, tenía un pene del mismo largo que el de Johan pero con dos o tres veces más grosor que el pene de Johan.

-Hace bastante que no hago esto, tío. Ten cuidado.
-Cómo? Oscar y tu aun no?
-No hemos tenido la oportunidad.
-Vale. Entonces tendré tanto cuidado como la primera vez.

Me prepare para ser ensartado por mi tío. Tenía su pene en la entrada de mi ano, abriéndolo un poco, pero nada más, el empezó a empujar mi cadera suavemente hacia abajo, y mientras más bajaba, el dolor más aumentaba, así que decidí tomar al toro por los cuernos y empuje más rápido aun, no hasta el fondo porque, sabía que si lo hacía podía hacerme daño. El dolor no aumento de la manera en la que esperaba que aumentase. Pero igual dolió bastante el otro chico se paró en el escalón y me puso su verga frente a mí. Yo, gustoso, me lo metí en la boca y empecé a mamar como un bebe.

-Mi amor.-Dijo Eliot.-Te gusta?
-Huh?... Ah… Si… lo hace muy bien.
-Lo sé. Es todo un maestro en eso.

Supuse que estaban hablando de mí. Pero bueno. Mientras mi tío me embestía con delicadeza decidí jugar con el ano de nuestro tercer compañero. Saque mis manos mojadas de la tina y las puse en los huevos del chico, y con mi mano derecha, fui hacia atrás, buscando su ano, una vez que lo encontré, empecé a meter el dedo corazón en su ano. Jugaba dentro de él.
-Ya sé que eres bueno… pero no intentes lucirte… Me vas… me… me vas a hacer correr antes de…
No termino de hablar cuando sentí que su semen chocaba contra mi paladar. Dulce jugo de hombre. Su semen no era como ninguno que hubiera probado antes. Era dulce, muy dulce. Y al tragarlo quemaba como el aguardiente. No sé si fue el semen de él o que fue, pero después de tragarlo me puso a mil. Ya no quería nada de gentilezas ni cariñitos. Quería que me dominaran. Que me ordenaran que hacer y cómo hacerlo y no pudiera negarme. Apresure el ritmo de las embestidas que me daba mi tío. A lo que él se dio cuenta y se empezó a apresurar un poco más. El dolor que sentía al principio desapareció, y en ese momento solo sentía placer, un placer incontrolable. Se me ocurrieron toda clase de ideas extrañas y macabras, tales como pedirle a mi tío que me dejase meterle mi mano entera por el ano, o que yo y Eliot penetráramos al chico rubio los dos al mismo tiempo. Pero sinceramente creí que sería demasiado voltaje para un solo día.


Mi tío siguió follandome durante un rato hasta que se corrió, y justo después me corrí yo. Así quedamos los tres nadando en una tina llena de sudor de tres machos y  su semen. Al recobrar fuerzas (y digo recobrar fuerzas a que el agua se puso muy fría) nos levantamos y nos duchamos de nuevo. Salimos y entonces los tres desnudos por la casa fuimos a mi habitación y me ayudaron a vestirme. Prácticamente me hicieron desfilarles toda mi ropa interior. Y mis calcetines…. Sin ropa interior… Tuvieron que prestarme algo de ropa porque la que tenía me quedaba muy pequeña, y fuimos a comprar ropa a un almacén. Me compraron más ropa de la que necesitaba, y mucha, pero mucha ropa interior. Zapatos y varios abrigos. No sé qué haría sin mi tío. Pero lo peor estaba por venir…

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