Siempre quise ir a viajar en un dirigible. De esos en los que en su
cabina flotante tiene un restaurante, siempre quise poder cenar con Oscar en
uno de esos. O tener una cena en la noche en la cima de un edificio muy alto. En
la noche, en una noche estrellada, en un edificio alto, tan alto que la
contaminación lumínica no pueda llegar hasta allí y pueda ver las estrellas
mientras Oscar y yo hacemos el amor. Supongo que es solo una fantasía, y
supongo que lo seguirá siendo.
Después de salir del edificio regrese al tercer piso del edificio del
frente, pasaron unos minutos antes de que llegara la policía. Sinceramente no
esperaba que Oscar mintiera, me sentiría mejor si él decía la verdad. Que yo
asesine a Natán. En cualquier caso sí lo hizo se mantuvo la mayor discreción posible
para no alarmar a la sociedad. Y si mintió y dijo que había sido él, y temo que
sería la razón por la cual aún no me encuentra…
Me asuste y baje de ese lugar. Baje y me fui corriendo. Necesitaba ropa.
La misma ropa blanca y sucia me delataba demasiado. Sin mencionar que era casi
transparente, aunque la suciedad parecía darle una o dos capas de profundidad más
y no se veía nada. Así que solo se me ocurrió robar un almacén, pero que
tontería. Me atraparían en segundos. Así que también se me ocurrió ir a casa de
mi tío y preguntarle si tenía mi ropa… claro que, tenía 17 años cuando me
llevaron al internado. Y ya con 19 años creo que no me quedaría muy bien. Pero
aun así decidí ir a decirle.
Estaba en la puerta y toque tres veces con los nudillos. Espere casi
nada hasta que me abrió mi tío.
-Sobrino!
-Hola tío. Como estas?- Dije con una sonrisa.
-Bien. Pasa, pasa! Que te trae por aquí?
-Tío. Quería saber si aún tienes mi ropa. No sé si me quede pero
preferiría no tener que comprar ropa de nuevo.
-Claro que sí! Y si no te queda vamos a comprar!
-Gracias tío. Pero me conformaría con la que tengo.
-Ven y miramos en tu habitación…
Me pareció curioso cómo es que no se percató de mi estado… El deplorable
aspecto que tenía, yo, mi ropa, y posiblemente mi rostro. Caminamos por el
largo pasillo que separaba las tres habitaciones y entramos en mi habitación.
No estaba muy diferente. Solo un diferente color en las cobijas y un tapete
grande en el suelo. Mi tío me indico donde estaba mi ropa. Curioso. No había
movido ninguna de mis cosas. Mi ropa seguía en su lugar. Y mis zapatos, abrigos
gorras y de más cosas. Todo intacto.
-Creo que me la mediré.
-Vale…
-Ah… puedes salirte?
-Qué? Hemos tenido sexo y no me dejas que te acompañe mientras te mides
la ropa?
Oh…-Reí.- Tienes razón.
-A propósito. Porque tienes la misma ropa de la última vez? Y…
-Qué?
-Por Dios… tienes sangre en el pantalón?
Me di cuenta de que el haber asesinado a Natán no había sido del todo
“limpio” tenía casi todo manchado de sangre desde la rodilla para abajo, Mis
brazos tenían marcas de sangre también, tal vez por eso no pregunto antes,
porque la ropa parecía tan diferente con la suciedad y la sangre que parecía
otra cosa.
-No. Es colorante rojo. Oscar y yo nos pusimos a jugar con eso… y
terminamos manchados. Por eso te vine a pedir la ropa
-Sera mejor que te bañes antes de que te la pongas.
-Supongo.
-Ven vamos a darte una ducha.-Dijo mientras me agarraba de un brazo y me
halaba para que lo siguiera.- pero yo ya estaba desnudo y el novio de mi tío estaba
en casa, así que me negué.
-Espera tío. No quiero que el otro chico me vea así.
-No le va a importar. Déjate de dramas y sígueme.
-Déjame ponerme primero la ropa.
-Ni loco.-Dijo agarrándome por las piernas y alzándome.
Me llevo alzado hasta la ducha, donde me bajo
-Mi amor!-grito Eliot en la puerta.
-Dime!-Se escuchó de vuelta.
-Me daré una ducha con David. Te importa?
-Puedo meterme después?
-Puede meterse después?-Me pregunto mi tío
-Qué? Porque?
-No creerás que solo te vas a bañar… has pasado año y medio en un
hospital necesitas los cuidados de tu tío.
-Pero solo quería la ropa
-Si puedes meterte después!-Grito mi tío en la puerta
-Qué? Porque hiciste eso?-Pregunte
-Cállate y metete en la tina.- Cuando dijo esto me voltee a mirar y me
di cuenta de que el baño había sido remodelado, la “tina” era más bien como un
Jacuzzi con una regadera en el techo. Y era muchísimo más amplio de lo que era
antes.
Mi tío abrió la ducha y se empezó a desnudar. Recordaba a un tío lampiño
y bien rasurado en todo el cuerpo. Pero esta vez vi a mi tío bastante velludo
en todos los lugares visibles. No era velludo como un oso, pero tenía una capa
un tanto gruesa de vello en el pecho y una línea que cruzaba del pecho hasta el
obligo y seguí bajando hasta perderse en el calzoncillo. Me pareció bastante
sexy que mi tío se dejara crecer el vello. Lo hacía ver más varonil y
dominante. Poco antes de meterse en la ducha se acercó a mi totalmente desnudo
y me agarro por el pene, que tenía una erección que antes no había visto, me acerco
a él y me beso. Pensé en Oscar. Ya había sido bastante miserable acostándome
con Jax y con Johan, pero sinceramente creo que solo fue sexo. Saben… Entre el
pene y el corazón existe una gran diferencia, y, es por eso que sexo siempre va
a ser solo sexo. Con Oscar, cambia de tema.
Nos metimos bajo los pequeños chorritos de agua que caían, mi tío, muy
pegado a mí, tomo una esponja y le aplico mucho jabón líquido sobre ella,
empezó a frotarla contra mi suavemente, por los brazos, por los hombros, la espalda,
las nalgas, y luego repitió el proceso por el otro costado. Al terminar,
me pidió que me sentara en uno de los escalones de la tina. Yo obedecí. Él se
arrodillo y empezó a lavar muy cuidadosamente mis piernas y mis pies, dejando a
lo último mi pene, que tomo con sumo cuidado y maestría, y empezó a lavar con
la esponja. Al terminar, mi pene, mojado, limpio, alto como roble y duro como
diamante. Mi tío lo lamio una y otra vez, con timidez y cuidado, como un niño
cuando prueba algo que los padres le dan por primera vez, queriendo saber si es
dulce o salado, agrio, amargo, o cuál es su sabor. Después de hacer eso durante
un rato, tomo mi pene y se le metió a la boca. Había olvidado que tan bien lo
hacia mi tío, con tanta delicadeza y ternura. No pude evitar soltar un gemido,
el cual el intento repetir metiéndose mi pene lo más profundo que su
garganta le permitía antes de tener una arcada, me sorprendió ver que podía
metérsela entera, y si hubiera querido se hubiera podido meter mis huevos
también. Siguió así durante un rato, jugando con mi pene y con sus manos
apretaba mis tetillas, lamia el glande y a veces lo mordía con suavidad, cosa
que me hacía dar saltos de placer, o chupaba solo el glande, luego yo le
pedí que me dejase hacer lo mismo y el de inmediato se sentó en el escalón, a
mi derecha y yo me agache y empecé a tocar por primera vez en mucho tiempo el
miembro de mi tío, era suave, y caliente, era tierno y grande. Me lo metí lo más
profundo que pude, pero, mi garganta no esta tan entrenada como la de él y su
pene es mucho más grueso y largo que el mío. Así que me limite a metérmelo lo más
profundo que podía sin vomitar al contacto de su glande con mi campanilla. Me
encantaba como se veía su vello mojado, y aún más el del pecho. Me despegue de
su pene y me levante antes de que se corriera, tome el shampoo y se lo puse en
la
Cabeza, a pesar de que estaba totalmente limpio. Le lave el
cabello lo mejor que pude, y el hizo lo mismo. Yo, sentado en sus piernas,
lavando su cabello y el lavando el mío. Entonces escuchamos que la puerta se
abre, era su novio, de inmediato vio a escena se desvistió y se metió con
nosotros, ya que nos habíamos terminado de lavar el chico puso el tapón de la
tina y mientras se llenaba la tina me empezó a besar el cuello. Eliot
agacho la cabeza y empezó a lamer mis tetillas, era una sensación bastante
erótica, tener a dos hombres bastante velludos, uno moreno y otro rubio,
besándome y tocándome. Dos hombres más grandes que yo por mucho, podían hacer
lo que quisieran conmigo aun en contra de mi voluntad, pero hasta ese momento
estaban siendo muy amables y tiernos conmigo así que no vi porque debería
evitar que siguieran.
Una vez llena la tina Eliot se dio la vuelta, poniéndose de cuatro patas
contra el escalón de la tina, a lo que su novio se le monto encima y empezó a
meter su pene de no más de 20cm por el ano de Eliot. Una vez dentro el chico me
miro y me dijo “Dale, Métemelo.” Yo pensé “Ok” y me pare sobre el escalón de la
tina y apunte mi pene en dirección a su ano, empecé a empujar y cuando ya tenía
la punta dentro el empezó a embestir a Eliot, cosa que hacía que al sacar su
pene de Eliot metiera el mío. Así que yo no tenía que hacer nada, estuvimos así
un rato. Él se lo metía y sacaba a Eliot y yo se lo metía y sacaba a él. Luego
Eliot pidió que nos detuviéramos y yo me Salí del chico.
Mi tío se sentó en el escalón y me llamo con un gesto con las manos, yo sabía
lo que tenía que hacer, pero no quería, hacia bastante que no me lo hacían con
un pene tan grueso y largo. El de Johan era largo pero no grueso, lo cual me hizo
sentir muy poco dolor, casi nada. Mi tío era otra cosa, tenía un pene del mismo
largo que el de Johan pero con dos o tres veces más grosor que el pene de
Johan.
-Hace bastante que no hago esto, tío. Ten cuidado.
-Cómo? Oscar y tu aun no?
-No hemos tenido la oportunidad.
-Vale. Entonces tendré tanto cuidado como la primera vez.
Me prepare para ser ensartado por mi tío. Tenía su pene en la entrada de
mi ano, abriéndolo un poco, pero nada más, el empezó a empujar mi cadera
suavemente hacia abajo, y mientras más bajaba, el dolor más aumentaba, así que
decidí tomar al toro por los cuernos y empuje más rápido aun, no hasta el fondo
porque, sabía que si lo hacía podía hacerme daño. El dolor no aumento de la
manera en la que esperaba que aumentase. Pero igual dolió bastante el otro
chico se paró en el escalón y me puso su verga frente a mí. Yo, gustoso, me lo
metí en la boca y empecé a mamar como un bebe.
-Mi amor.-Dijo Eliot.-Te gusta?
-Huh?... Ah… Si… lo hace muy bien.
-Lo sé. Es todo un maestro en eso.
Supuse que estaban hablando de mí. Pero bueno. Mientras mi tío me
embestía con delicadeza decidí jugar con el ano de nuestro tercer compañero.
Saque mis manos mojadas de la tina y las puse en los huevos del chico, y con mi
mano derecha, fui hacia atrás, buscando su ano, una vez que lo encontré, empecé
a meter el dedo corazón en su ano. Jugaba dentro de él.
-Ya sé que eres bueno… pero no intentes lucirte… Me
vas… me… me vas a hacer correr antes de…
No termino de hablar cuando sentí que su semen chocaba contra mi
paladar. Dulce jugo de hombre. Su semen no era como ninguno que hubiera probado
antes. Era dulce, muy dulce. Y al tragarlo quemaba como el aguardiente. No sé
si fue el semen de él o que fue, pero después de tragarlo me puso a mil. Ya no
quería nada de gentilezas ni cariñitos. Quería que me dominaran. Que me
ordenaran que hacer y cómo hacerlo y no pudiera negarme. Apresure el ritmo de
las embestidas que me daba mi tío. A lo que él se dio cuenta y se empezó a
apresurar un poco más. El dolor que sentía al principio desapareció, y en ese
momento solo sentía placer, un placer incontrolable. Se me ocurrieron toda
clase de ideas extrañas y macabras, tales como pedirle a mi tío que me dejase
meterle mi mano entera por el ano, o que yo y Eliot penetráramos al chico rubio
los dos al mismo tiempo. Pero sinceramente creí que sería demasiado voltaje
para un solo día.
Mi tío siguió follandome durante un rato hasta que se corrió, y justo
después me corrí yo. Así quedamos los tres nadando en una tina llena de sudor
de tres machos y su semen. Al recobrar fuerzas (y digo recobrar fuerzas a
que el agua se puso muy fría) nos levantamos y nos duchamos de nuevo. Salimos y
entonces los tres desnudos por la casa fuimos a mi habitación y me ayudaron a
vestirme. Prácticamente me hicieron desfilarles toda mi ropa interior. Y mis
calcetines…. Sin ropa interior… Tuvieron que prestarme algo de ropa porque la
que tenía me quedaba muy pequeña, y fuimos a comprar ropa a un almacén. Me
compraron más ropa de la que necesitaba, y mucha, pero mucha ropa interior.
Zapatos y varios abrigos. No sé qué haría sin mi tío. Pero lo peor estaba por
venir…
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