lunes, 17 de agosto de 2015

Kindan No Koi - XIV - Caos, Miedo, Desnudez.

Intente apagar el fuego pero mi tío me envolvió en una manta y me grito que saliéramos. Caos. Miedo. Desnudez

Me Levante gracias a un brusco movimiento de Oscar. Eran las 9 am. La pereza impidió que me levantara de inmediato, pero cinco minutos después estaba levantado, desnudo y buscando mi ropa en la oscuridad, que, a pesar de ser las 9 am, las cortinas de terciopelo grueso, verde y oscuro estaban cerradas, ergo, no se filtraba el más mínimo rayo de luz.

Tras pasar una odisea como ninguna buscando ropa, logre encontrar con que vestirme, claro que, hubiera preferido hurgar en mi valija y no en la de Oscar. Ya que a pesar de ser de la misma talla que yo, y tener los mismos gustos en la ropa, resulta incómodo usar ropa interior que no sea tuya. Pero, no puedo negar que era bastante erótico el hecho de llevar los calzoncillos de tu pareja. En fin.

Baje a la cocina y mi tío ya estaba levantado. -Buen día- Dijo con tono solemne. -Hola-Respondí, intentando igualar su tono, pero sinceramente era bastante difícil, ya que el tono que mi tío uso, fue exactamente el mismo que usa siempre. Tome una manzana de la frutera, y la empecé a comer mientras subía las escaleras. Fui a la habitación de Brian y me sorprendió ver que estaba despierto con su laptop en las piernas.

-Buen día- Dijo

-Cómo dormiste?

-Muy bien... Te preguntaría lo mismo pero pase a ver si estafas despierto...

-Ho... Nos viste muy...?-No termine la frase.

-Desnudos? Si un poco. Pero eso no fue lo que me sorprendió. Me sorprendió el hecho de que puedan dormir uno sobre el otro.

-Bueno, creo que la próxima me asegurare de cerrar la puerta con llave.

-No, no te preocupes por eso, no me molesto.

-Y que haces?...

-Hablando con Natán.

-Pero si está en la habitación que queda cruzando el pasillo...

-Sí, pero me da flojera levantarme.

-Que par... Iré a saludar a Natán...

-Vale.

Salí, cruce el pasillo, y tras dar no más de cinco pasos abrí la puerta de la habitación de Natán.

-No te enseñaron a tocar? Podría estar ahora mismo intimando con una bella dama.

-Si estuvieras intimando con cualquier cosa, tu mano incluida, no estarías hablando con Brian por las redes sociales...

-Touche…

-Sí, eso...- Dije con un tono altanero.- Como estas?

-Bien y tú?

-Muy bien. Quieres algo para desayunar?

-No gracias, mi tío ya me hizo el desayuno.

-Vale. Nos vemos luego.

-La próxima golpea la puerta para avisar!

-No cuentes con ello!-Dije al salir de la habitación, no sin antes cerrar la puerta. Fui a mi habitación y pensé en despertar a Oscar con algún juego sexual. Pero antes debía cerrar la puerta con llave. Le quite las cobijas que lo envolvían, y tan pronto pude ver su figura con la tenue luz que lograba atravesar las cortinas de terciopelo, tome su pene ligeramente, y lo moví un poco para despertarlo, al ver que empezaba a crecer, me lo metí en la boca, y empecé a mover la cabeza rítmicamente, arriba, abajo, arriba, abajo. Sus leves gemidos empezaban a delatar que estaba despertándose, pero mucho antes de que lo lograra me detuve, espere unos segundos a que se relajara un poco, y luego me incorpore sobre el con mucho cuidado, tome su pene y lo apunte hacia mi ano, empuje suavemente, sentía como su glande empezaba a abrirse paso hacia mi interior y empezaba a causar un placer creciente en mí. Más dentro. Sentí una mano que tocaba mi cintura y de pronto... Un dolor tan grande e insoportable invadió mi cuerpo. Oscar se había despertado, excitado y al parecer enojado, me ensarto su pene con tal fuerza que me dolió la cabeza, y no se detuvo, me embestía como un animal, metía y sacaba su pene con rapidez, y sus gemidos delataban que estaba a segundos de correrse. Me giro y me tiro en la cama, con una pierna sobre la cama y la otra sobre su hombro derecho me embistió durante unos minutos, luego  lo saco y dijo caer mi pierna en la cama, se acercó a mí y metió su pene en mi boca con fuerza y rapidez, me provoco un par de arcadas, pero en cierto modo me gustaba lo posesivo que tenía en ese momento. Un líquido espeso, caliente y salado empezó a brotar de su pene. Lo trague con todo el placer que me podía permitir y me enorgullece decir que con mi lengua limpie TODAS y cada una de las gotas que se intentaron quedar, pude haber limpiado dentro de su pene, pero mi lengua no llegaba tan lejos. Una vez que él  se dejó caer boca abajo sobre la cama me acosté sobre él, sin pantalón, me quite la camisa antes de acostarme sobre el obviamente, y le susurre al oído. -Ahora me toca a mí, y la venganza no será linda- al terminar de decir eso note como algo parecido a un gemido intento escapar de su boca seguido de un intento de escape, fallido por su puesto. Metí mi pene erecto tan rápido y fuerte que en menos de lo que se tarda en parpadear ya estaba dentro de Oscar. Un fuerte grito ahogado entre las sabanas y las almohadas me indico que había empezado bien y a medida que embestía a Oscar en mi sanguinaria venganza, sentía como pasaba de ser una venganza a solo ser un sexo un poco agresivo, ya que Oscar dejo de gritar y empezó masturbarse. Lo Levante sin salir de él, y seguí embistiéndolo, lo bese y tome su pene erecto y lo masturbe con la delicadeza que solo un amante puede ofrecer. Su semen baño mi mano, el, la agarro y la puso sobre su pecho, segundos más tarde un placer recorrió mi cuerpo y eyacule dentro de Oscar, él se agarró de mis piernas al sentir que descargaba todo dentro de él. 

-Linda manera de desearme un buen día.-Dijo cansado

-Linda manera de devolverme el buen día.-Respondí. Él se relajó y se dejó caer lentamente en la cama, nuestros cuerpos sudados en constante contacto, nuestros corazones palpitando rápidamente, nuestras respiraciones, agitadas y entrecortadas.

Minutos más tarde me vestí, con mi ropa y no la de Oscar, me duche y baje a ver a mi tío. Sinceramente mi tío no estaba nada mal, un cuerpo envidiable, no muy velludo y un pene bastante... Prominente, podría decir. Sin embargo tenía un problema: no sabía cómo seducirlo sin ser muy notorio. Si bien es cierto que seduzco a la gente con facilidad, y a menudo sin intención de hacerlo, pero en este caso es diferente, porque si lo seducía de la manera errónea iba a pasar las vacaciones evitando mirarlo a los ojos y con una incómoda sensación el resto de mi vida.
Lo miraba de arriba a abajo, era excitante, usualmente el no utilizaba camisa en verano, y, al estar en una casa con techo de madera el calor se hacía insoportable, así que un hombre tan sensual como mi tío, tan fuerte, sin camisa y sudado era la razón perfecta para que una erección lo suficientemente grande para que se notara desde lejos, creciera en mis pantalones.

-Que haces?-Pregunte

-No mucho, estoy pensando en que hacer de almuerzo. Alguna sugerencia?

-Que tal: pasta?

-Nah. Comimos eso hace tres días, recuerdas?

-Ah, es verdad. Y que te parece si hacemos un pollo horneado?

-Déjame ver si tenemos pollo-Respondió. Se separó de la barra que nos separaba a él y a mí y a la sala de la cocina, abrió la heladera y removió un poco algunas bolsas, la cerro y a continuación abrió el freezer y, tras rebuscar un poco saco un par de bolsas que tenían dos pollos gigantescos.

-Estos servirán- proclamo

-Puedo ayudarte a hacerlos-En realidad solo era un pretexto para poder estar en contacto con ese hombresote. Si, si, ya sé que tengo novio, y ya sé que estás pensando, gran pareja, se folla a el primero que encuentra! Pero no es simplemente así, veras: desde que descubrí mi homosexualidad, el, había inspirado no solo las primeras, sino que también las MEJORES pajas de mi pre-adolescencia y mi pubertad, así que poder follar con el no solo sería cumplir una de mis fantasías eróticas, sino que también abriría las puertas a poder formar parte de un trío, ya que, obviamente lo convencería de que permitiera que Oscar jugara con nosotros.

-Claro, deja me pongo la camisa y...

-No te vas a poner la camisa con este calor!

-Bueno lo decía por si te incomodaba pero...

-Si yo estoy deseando quitármela, tu no te la vas a poner-Dije levantándome y quitándome la camisa con un rápido movimiento.

-Está bien, manos a la obra.

Estuvimos un par de minutos cortando, limpiando y condimentando. Y en todo ese tiempo hacia todo lo posible para rozarme con él. Creo que sobra decir que todo el tiempo tuve una erección bajo mis pantalones.

-Eh chicos-Dijo mi papa, bajando las escaleras.-Iré a buscar a Adriana para ir a almorzar.

-No almuerzas con nosotros?-Pregunte

-No. Tiene una cita con sus hermanas para almorzar y me quiere presentar ante ellas...

-Tío! Puedo ir contigo?-Se escucho desde el segundo piso-Ricardo ira con Adriana y no quiero dejarlo solo...

-Vale, salgo en diez minutos

-Vale!

-Bien ya somos menos.- Dijo mi tio.

-Mejor! Mas para nosotros!- Respondi yo.

-Así se habla! Un hombre debe alimentarse como tal.

Diez minutos después pusimos el pollo en el horno. Jean Pierre y mi papa estaban saliendo en el auto y mi tío y yo cortábamos cebollas y pelábamos papas. Brian bajo lentamente con su iPod en mano.

-Te molesta si salgo a dar una vuelta?-Pregunto

-A quien le preguntas?-Pregunto mi tío

-A cualquiera

-No-Respondimos los dos simultáneamente

-Vale... Regresare en treinta minutos

-Cuídate-Ordene.

Tras escuchar que la puerta se cerraba Oscar bajo sin camisa y en pantalón corto y descalzo. Cosa que no solo me encanta, me enloquece.

-Que hacen?-Pregunto

-El almuerzo-Respondí.

-Ah claro, y que es el almuerzo?

-Pollo horneado-Respondió mi tío.

-Y en cuanto esta?-Pregunto

-Según el libro en cuarenta minutos.-Respondí.

-Bien, supongo es tiempo de sobra para darme una ducha-Dijo guiñando me el ojo.

-Sí. Yo me quedare preparando el almuerzo-Respondí devolviéndole el guiño.

Tras mi sutil evasiva a la propuesta de Oscar se fue a regañadientes al segundo piso y tan pronto escuchamos que la puerta del baño se cerraba cambiamos de posición, casi al mismo tiempo.

-Qué curioso-Dijo mi tío

-Qué?-Pregunte

-Todo está a mi favor.

-A que te refieres?

Mi tío se acercó a mí y me susurro -Crees que no te vi la erección desde que me viste?-Dijo mientras metía su mano dentro de mi pantalón y agarraba con firmeza pero delicadeza mi pene.-O crees que no sé cuántas veces te has masturbado pensando en mí?-Acertó. Me beso lentamente mientras bajaba mi pantalón, y con su otra mano agarraba mi trasero. Yo por mi parte puse una mano en su pecho, jugando con su pezón. Y la otra metí en su pantalón, sentí su pene, velludo, grande, hambriento. Cuando mis pantalones estaban por las rodillas, empezó a quitármelos con los pies. Era excitante, el rozar de sus pies contra mis piernas. Con el pantalón completamente abajo lo lance hacia un lado, y me agache, le quite los pantalones y de golpe salió un pene de casi 25cm de largo y grueso como un pepino. Sabía que me iba a doler. Me lo puso en la boca y empecé a mamársela lo mejor que pude. Después de todo era muy grande y no me cabía en la boca. Después de un rato mamándosela, me levanto y me puso sobre la barra que hacía unos instantes nos separaba. Su pene, grueso y largo empezó a meterse dentro de mí, abriéndose camino hacia mis entrañas, se sentía caliente, y muy doloroso. Pero no quería que se detuviera por miedo a lastimarme. Me incorpore y mire hacia su pene, no había terminado de meter el glande, y el dolor era insoportable.-Mételo de golpe-Le pedí, el me miro sin saber cómo interpretar eso.-Hazlo, rápido, hasta el fondo- El asintió con la cabeza y de golpe me lo metió, sentí más placer que dolor, pero lamentablemente si me dolió muchísimo, y luego empezó a sacarlo. Cerré los ojos y eche la cabeza hacia atrás, me deje llevar por el ligero placer que sentía y el dolor que palpitaba. Sin avisar, sentí como algo caliente se posaba en mi rostro. Al abrir los ojos logre ver el cabello mojado de Oscar y sus ojos destellando ternura. Tal vez para disculparse por lo que había hecho horas antes, o tal vez la ducha le sentó bien. En cualquier caso me miraba como un niño rogando por un juguete, con su pene aun en crecimiento sobre mi mejilla izquierda. Lo tome y lo empezó a besar con cuidado, y lentamente me lo metí en la boca, con delicadeza. Mientras tanto mi tío seguía embistiéndome de una manera bestial, sin embargo, el dolor casi había desaparecido por completo, y me dolía más el choque de su pelvis contra mis piernas. Que hermoso trío. Sinceramente había planeado esto, pero no esperaba que tardara tan poco tiempo en ocurrir, es más, había pensado que no ocurriría hasta después de mi partida. Sabía que ocurriría, pero no tan pronto, ni mi trasero, ni mi mente estaban listos para un pene del grosor de el de mi tío, y menos para que mi novio me viese ser follado por otro hombre que no fuera él.


Me desperté gracias a un olor a quemado, fuego, humo. Me Levante lentamente, desnudo, ande por la casa sin prenda alguna y vi que mi visión se nublaba cada vez más. No eran mis ojos, lo que estaba viendo era humo. Me apresure a buscar la fuente de donde salía, baje las escaleras a una velocidad que me impresiono, gire mi mirada hacia la cocina... Habíamos olvidado el horno, estaba en encendido, quemado y quemando todo a su alrededor. Me apresure a tomar un extintor cercano a la chimenea. Intente apagar el fuego pero mi tío me envolvió en a manta y me grito que saliéramos. Caos. Miedo. Desnudez

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