lunes, 17 de agosto de 2015

Kindan No Koi – XV - De mal En Peor

Esta es la primera vez que habría deseado no haber tenido sexo, y haber estado haciendo lo que debía cuando debía. Pero lamentablemente no lo había hecho, había estado pasándola bien con mi tío y mi novio y no me había percatado de lo demás.
Cuando mi papa, jean Pierre y Brian regresaron, sus caras parecían demacradas. Ya habían apagado el incendio, sin embargo la casa no se veía nada bien. Los bomberos estaban entrando para buscar y revisar que se había salvado. Cuando nos preguntaron si había alguien más en la casa me paso un frio horrible por la espalda, a mi mente vinieron recuerdos de la semana pasada. Veía a Oscar, Jean Pierre, Ricardo, Brian, mi papa y Eliot, pero faltaba alguien. Natán. Donde estaba en el momento en el que se inició el incendio? No lo sé, lo único que sé es que estaba en casa, tal vez durmiendo, tal vez en la computadora. Estuviera donde fuese temía por él.
-Mi primo. Natán. Estaba en su habitación. La primera puerta a la derecha subiendo las escaleras.-Dije con la voz temblorosa.
-Seguro que no había salido antes?- Pregunto el bombero.
-No. La última vez que lo vi estaba en su habitación.-Afirme
-Está bien, Si estaba en el segundo piso no hay de qué preocuparse, fue la parte menos afectada-Al decir eso me tranquilice un poco. Bueno, en realidad no. El aspecto de la casa era tétrico, me inspiraba dolor, miedo y angustia. Si el segundo piso había quedado mejor que el primero, no era muy bueno el aspecto que debía ofrecer. Sin embargo decidí tener esperanza y dejar que los bomberos hicieran su trabajo. Aunque, el miedo nunca me dejo. Quince minutos más tarde escuchamos a uno de los bomberos gritar.-Lo encontramos!- y seguido de eso una incertidumbre  invadió mi mente. Casi cinco minutos después salió un joven, sucio, enojado.-No me toques!-Gritaba a los bomberos con ímpetu.-Aléjate o te parto un brazo!- Todos en mi familia saben que Natán es un chico peligroso cuando está enojado. Y fruto de eso, un bombero recibió un par de golpes y torceduras en el brazo hasta que quedo casi roto al posar su mano sobre el hombro de Natán.
-Hola chicos!-Nos saludó con la mano
-Hola… has tenido muchos problemas?-Pregunto Eliot
-Un imbécil se puso de gracioso. Lo puse en su lugar.
-Claro… estos bomberos de ahora- Dije con tono irónico.
-Era un…?
-Todos lo son. Bomberos.-dijo Oscar haciendo énfasis en la última palabra.
-Creo que le debo una disculpa.-Dijo Eliot.
Después de habernos examinado una y otra vez, nos dieron permiso para irnos, no sin antes decirnos que casi todo lo que había en el segundo piso había estado intacto, y que podíamos pasar a retirarlo mañana en la mañana, darles tiempo para que revisaran la estructura e hicieran sus cosas de bomberos. Decidimos quedarnos cerca de la casa hasta que llegaran mi padre y Jean Pierre.
Casi dos horas más tarde. Mi padre salió de su auto y miro hacia la casa. Se iba a abalanzar hacia los escombros del primer piso cuando mi tío le llamo. Se lanzó a correr y al llegar me abrazo y me beso la frente, me pregunto insistentemente si estaba bien, y, yo respondí insistentemente que sí. Pasamos por la casa de Adriana y mi padre le pido posada sin embargo a mi tío se le ocurrió una idea macabramente buena, y no sé si estoy usando bien la palabra “Macabra”.
-Bueno, y si tu, Natán y Jean Pierre se quedan aquí con Adriana y Ricardo, y yo me voy a un hotel con Brian, Oscar y David. Así no saturamos la casa de Adriana.-Dijo mi tío
-Me parece una idea esplendida! No me importa que todos duerman aquí, pero dormirían muy incomodos. No dispongo de suficiente espacio.-Respondió Adriana con una animosidad un tanto preocupante.
-Está bien. Me parece buena idea.- Respondió mi papa. Estaba esperando esa respuesta. La habíamos pasado genial la noche anterior con Oscar y Eliot y si nos íbamos a un hotel podríamos estar en contacto todo el tiempo que quisiéramos. Aunque me preocupaba un poco el hecho de que Eliot se preocupara más por el sexo que por el incendio de dos horas antes.

Salimos con mi tío, Oscar y Brian, tomamos un taxi y le pedimos que nos llevara a la ciudad, nos dispusimos a buscar un hotel, pero el ambiente no inspiraba ganas de hablar. La tensión era  casi palpable, el ambiente era lúgubre y no sé si era gracias al humo del incendio o si al cielo le daban ganas de ponerse triste al mismo tiempo que a mí, pero estaban cayendo pequeñas gotas de agua del cielo.
Minutos más tarde estábamos buscando un hotel de no menos de cuatro estrellas ya que a mi tío no le gustaba dormir en hoteles de “mala muerte” y le gustaba despilfarrar el dinero. Aunque no puedo quejarme, el hotel que encontramos era hermoso. Habitaciones amplias, un baño en cada habitación y hasta había chocolatitos en las almohadas! En fin. Estábamos a punto de pagar cuando el hombre tras el mostrador nos dijo que solo había dos habitaciones disponibles. Una era pequeña, nada ostentoso. Las misas comodidades del resto de las habitaciones, pero, solo contaba con una cama, grande, pero solo una. Y la otra era una habitación un poco más grande, disponía de dos camas, una doble y la otra simple. Brian se anticipó precipitadamente, casi como si leyera mis pensamientos.
-ME PIDO LA HABITACION PEQUEÑA!-Dijo poniendo la mano sobre el mostrador.
-Entonces ya está arreglado.- Dijo mi tío.
Dos horas más tarde estábamos caminando por las calles de la ciudad, en la crepuscular luz del atardecer y las luces de los autos y faroles. Entramos en un restaurante no muy elegante pero nada muy ordinario, pedimos una “Cenalmuerzo” ya que eran alrededor de las 7 de la noche y no habíamos almorzado nada. Nuestro almuerzo se había quedado en casa…
Regresamos al hotel y me acosté en la cama con mi tío, mientras Oscar se bañaba. Recuerdo que en ese momento pensé en que tardaríamos un par de días en volver a tener algo de diversión entre mi tío, Oscar y yo. Veíamos la TV cuando Oscar salió con un bóxer y una camisa de tirantes negra que le habían regalado días atrás. Se sentó junto a mí, entrelazando su pierna con la mía. Entonces empezó a sentir un ambiente un tanto sospechoso. Eliot tenía un amague de sonrisa en su rostro, contenía una carcajada y a juzgar por la fuerza creciente que utilizaba, la había intentado ocultar minutos atrás, antes de que Oscar saliera de la ducha. Por otro lado, Oscar tenía una sonrisa traviesa en sus labios, un poco menos disimulada. Deje que la velada continuara su rumbo a pesar de los comportamientos de mis dos acompañantes. Entonces Eliot se metió entre las sabanas y Oscar lo imito, yo no quería incomodar ya que estaba en el medio, así que hice lo mismo. Bajo las sabanas había un toqueteo un tanto anormal, Oscar acariciaba mis piernas con sus pies y me acariciaba el pecho por encima de la camisa que me había dado uno de los bomberos antes de irnos. Me acariciaba el pecho y jugaba con mis pezones. Mi tío me hacía cosquillas con sus pies y puso una mano en mi entrepierna, muy cerca de mi pene, y sentía que a medida que pasaba el tiempo esta subía un poco más, dirigiéndose a una estación un tanto atrevida. Sin embargo me gustaba el juego, y me hice el indiferente lo mejor que pude, sin embargo, la curiosidad me estaba carcomiendo por dentro y no soporte.
-Venga de que va esto?-Pregunte.
-A que te refieres?-Pregunto Oscar.
-A esta profanación a mi persona-Dije con tono elocuente.
-Esta mañana te profanamos bastante y no te quejaste.-Respondió Eliot.
-Es diferente. Si quieren algo solo díganlo.-Respondí muy serio.
-Está bien-Dijo Oscar.-Queremos profanarte.-Después de decir eso los tres echamos a reír.
-Pero yo no tengo ganas ahora mismo.-Repuse entre risas.
-Sinceramente eso no me importa.- Respondió Eliot.
-Pero a mí sí. Buenas noches.-Dije, y luego me metí entre las sabanas.
-Está bien.-Respondió Oscar, y tras decirlo, se levantó de la cama, cruzo la habitación, paso frente a la TV y le quito las sabanas a Eliot, se quitó la camisa, se puso sobre Eliot y lo empezó a besar. Me gustaría decir que no me importo, que fui fuerte y me mantuve firme. Pero no fue así; Ardía en celos y quería matar a Oscar, pero a la vez quería hacerlo mío.
-Está bien.-Dije.-Pero no solo puedo ser yo el profanado.
-Quieres que sea yo?-Pregunto Oscar.
-No.-Dije con firmeza.
-Espera,  yo no soy muy bueno en eso, lo eh hecho un par de veces, pero nada más.- Dijo Eliot incorporándose.
-La práctica hace al maestro.-Respondió Oscar con una mirada pervertida.
-Ah… Vamos! Está bien. Nadie hará nada hoy.
-Sinceramente eso no me importa.-Respondí con una mirada que delataba placer e ironía. Oscar le retuvo los brazos un momento mientras yo le quitaba el bóxer que tenía. No me costó casi nada, tal vez porque se rompió en medio del forcejeo que hubo cuando mi tío intento evitar que lo hiciera, o tal vez…  No, ahora que lo pienso si fue porque se rompieron. En fin. Mi tío estaba desnudo, con el pene morcillón y estaba empezando a sudar como solo un hombre lo logra en medio de una noche de un recién iniciado verano. Tome su pene y empecé a chuparlo lo mejor que pude, quería que se relajara y pensara que no pasaría nada. Estaba equivocado. Obviamente tenía planeado que el fuera el penetrado y no yo.  Sus gemidos de placer obviamente habían llegado hasta el primer piso, sabía que era bueno en el sexo oral pero no creí que fuera TAN bueno. Fue cuestión de segundos, casi milésimas. Para que su pene estuviera totalmente erecto.
-Está bien.-Dijo mi tío entre gemidos.-Lo hare, pero con una condición.
-Cuál?-Pregunto Oscar.
-Una de las que me está haciendo mi sobrino siempre que yo quiera…-Dijo haciendo énfasis en la última palabra. Note como los celos empezaban a subir por la espalda de Oscar hasta llegar a sus ojos.
-Pero no sin mi supervisión.-Respondió Oscar tras unos segundos.
-Está bien.-Respondió Eliot.-Suéltame.- Oscar se levantó de él y se quitó el bóxer. Dejando al descubierto un lindo pene, Obviamente no tan grande como el de mi tío pero si podía intentar superarlo, aún estaba cruzando la pubertad y tenía tiempo para alcanzarlo y pasarlo. En fin. Yo seguí trabajando en el pene de mi tío y Oscar puso a mi tío a trabajar en el suyo. Me excitaba bastante ver como otro hombre se comía el pene de mi novio. Aunque me daban algo de celos. Mi tío me saco su pene de la boca y dejo el pene de mi novio a un lado, se puso en cuatro patas y se quedó inmóvil. Esperando. Oscar se acercó y dio la primera estocada, sencilla y delicada, pero firme. Le arranco un gemido a Eliot, no sé muy bien si fue de placer o de dolor. Yo me acerque a la cara de Eliot y le bese la frente, luego pose mi pene sobre sus  labios, el empezó a lamerlo, lentamente, haciéndome cosquillas sobre el glande, se lo metió en la boca suavemente, y empecé a moverme de atrás hacia adelante, sacándole una que otra arcada de vez en cuando. Oscar empezó a acelerar el ritmo, lo que me avisaba que estaba por acabar. Un gemido, y el cuerpo de Eliot se detuvo. Vi como Oscar se masturbaba sobre la espalda de Eliot, eyaculando en toda la espalda, el disparo más fuerte hizo que cayera semen en el hombro izquierdo de mi tío.

Me senté en la cama y le hice una seña a mi tío para que se sentara sobre mí, él se acercó lentamente y me miró fijamente el pene.-No basta con una vez hoy?- Lo mire fijamente, y volví a hacerle la misma seña para que se sentara sobre mí, él se acercó a regañadientes y se sentó lentamente. Sentí como mi pene se abría paso hacia su interior. Se dejó caer de golpe y un gemido de dolor se ahogó en su garganta. Tome su pene y empecé a masturbarlo lentamente, eso lo animo y empezó a brincar sobre mi pene. Masajeaba mi pene de una manera deliciosamente indescriptible, solo puedo decir que sentía todo tan bien, era obvio que el prepucio había quedado atrás, para que yo sintiera tanto placer tenía que estar rozando directamente mi glande. El placer me consumía casi totalmente, no me di cuenta de cuando, pero empecé a masturbar a mi tío a una velocidad que hacía que le empezara a doler, así que con la mano me detuvo e hizo que aminorara el paso, eso hice y la cara de mi tío cambio a una cara de placer puro. Él estaba circunciso así que tenía que lubricar su pene para poder masturbarlo sin lastimarlo, aunque a juzgar por la cantidad de precum que salía de su pene su nivel de excitación estaba por el cielo, así que no necesitaba nada más que su precum y ver como Oscar se masturbaba viéndonos para continuar. Su pene estaba caliente la velocidad con la que el subía y bajaba era bastante rápida, y aunque yo estaba cerca de eyacular, él estaba mucho más, y de sorpresa sentí como de su pene empezaba a salir semen caliente.  Nueve disparos me bañaron, los tres primeros me cayeron en el rostro y los otros cinco por debajo del cuello, la barbilla y los pezones, y al mismo tiempo sentí como su esfínter se contraía en su ano, eso me hizo eyacular de inmediato. No sé cuántas veces eyacule, solo sé que salió mucho semen de el  trasero de mi tío. Oscar se acercó a mí, masturbándose, yo me acerque a su pene, estaba a punto de metérmelo a la boca, cuando cuatro disparos de semen me cayeron directamente en la garganta y la lengua. Oscar se hizo a un lado de la cama, yo me quede sentado y mi tío se sacó mi pene, y después de descargar una gran cantidad de semen el toilet, se volvió a acostar junto a Oscar. Dormí bastante mal, Los sueños empeoraron desde ese día, ya no eran solo sueños extraños y delirantes, desde ese día empezaron sueños directos, como mensajes, que primero empezaban siendo insinuaciones, y cuando se cansaron de ser solo eso, quisieron decirme directamente que querían, o tal vez a que le tenía miedo.

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