Esta es la primera vez que habría deseado no haber tenido sexo, y haber
estado haciendo lo que debía cuando debía. Pero lamentablemente no lo había
hecho, había estado pasándola bien con mi tío y mi novio y no me había
percatado de lo demás.
Cuando mi papa, jean Pierre y Brian regresaron, sus caras parecían
demacradas. Ya habían apagado el incendio, sin embargo la casa no se veía nada
bien. Los bomberos estaban entrando para buscar y revisar que se había salvado.
Cuando nos preguntaron si había alguien más en la casa me paso un frio horrible
por la espalda, a mi mente vinieron recuerdos de la semana pasada. Veía a
Oscar, Jean Pierre, Ricardo, Brian, mi papa y Eliot, pero faltaba alguien.
Natán. Donde estaba en el momento en el que se inició el incendio? No lo sé, lo
único que sé es que estaba en casa, tal vez durmiendo, tal vez en la
computadora. Estuviera donde fuese temía por él.
-Mi primo. Natán. Estaba en su habitación. La primera puerta a la
derecha subiendo las escaleras.-Dije con la voz temblorosa.
-Seguro que no había salido antes?- Pregunto el bombero.
-No. La última vez que lo vi estaba en su habitación.-Afirme
-Está bien, Si estaba en el segundo piso no hay de qué preocuparse, fue
la parte menos afectada-Al decir eso me tranquilice un poco. Bueno, en realidad
no. El aspecto de la casa era tétrico, me inspiraba dolor, miedo y angustia. Si
el segundo piso había quedado mejor que el primero, no era muy bueno el aspecto
que debía ofrecer. Sin embargo decidí tener esperanza y dejar que los bomberos
hicieran su trabajo. Aunque, el miedo nunca me dejo. Quince minutos más tarde
escuchamos a uno de los bomberos gritar.-Lo encontramos!- y seguido de eso una
incertidumbre invadió mi mente. Casi cinco minutos después salió un
joven, sucio, enojado.-No me toques!-Gritaba a los bomberos con ímpetu.-Aléjate
o te parto un brazo!- Todos en mi familia saben que Natán es un chico peligroso
cuando está enojado. Y fruto de eso, un bombero recibió un par de golpes y
torceduras en el brazo hasta que quedo casi roto al posar su mano sobre el hombro
de Natán.
-Hola chicos!-Nos saludó con la mano
-Hola… has tenido muchos problemas?-Pregunto Eliot
-Un imbécil se puso de gracioso. Lo puse en su lugar.
-Claro… estos bomberos de ahora- Dije con tono irónico.
-Era un…?
-Todos lo son. Bomberos.-dijo Oscar haciendo énfasis en la última
palabra.
-Creo que le debo una disculpa.-Dijo Eliot.
Después de habernos examinado una y otra vez, nos dieron permiso para
irnos, no sin antes decirnos que casi todo lo que había en el segundo piso
había estado intacto, y que podíamos pasar a retirarlo mañana en la mañana,
darles tiempo para que revisaran la estructura e hicieran sus cosas de
bomberos. Decidimos quedarnos cerca de la casa hasta que llegaran mi padre y
Jean Pierre.
Casi dos horas más tarde. Mi padre salió de su auto y miro hacia la
casa. Se iba a abalanzar hacia los escombros del primer piso cuando mi tío le
llamo. Se lanzó a correr y al llegar me abrazo y me beso la frente, me pregunto
insistentemente si estaba bien, y, yo respondí insistentemente que sí. Pasamos
por la casa de Adriana y mi padre le pido posada sin embargo a mi tío se le
ocurrió una idea macabramente buena, y no sé si estoy usando bien la palabra
“Macabra”.
-Bueno, y si tu, Natán y Jean Pierre se quedan aquí con Adriana y
Ricardo, y yo me voy a un hotel con Brian, Oscar y David. Así no saturamos la
casa de Adriana.-Dijo mi tío
-Me parece una idea esplendida! No me importa que todos duerman aquí,
pero dormirían muy incomodos. No dispongo de suficiente espacio.-Respondió
Adriana con una animosidad un tanto preocupante.
-Está bien. Me parece buena idea.- Respondió mi papa. Estaba esperando
esa respuesta. La habíamos pasado genial la noche anterior con Oscar y Eliot y
si nos íbamos a un hotel podríamos estar en contacto todo el tiempo que quisiéramos.
Aunque me preocupaba un poco el hecho de que Eliot se preocupara más por el
sexo que por el incendio de dos horas antes.
Salimos con mi tío, Oscar y Brian, tomamos un taxi y le pedimos que nos
llevara a la ciudad, nos dispusimos a buscar un hotel, pero el ambiente no
inspiraba ganas de hablar. La tensión era casi palpable, el ambiente era
lúgubre y no sé si era gracias al humo del incendio o si al cielo le daban
ganas de ponerse triste al mismo tiempo que a mí, pero estaban cayendo pequeñas
gotas de agua del cielo.
Minutos más tarde estábamos buscando un hotel de no menos de cuatro
estrellas ya que a mi tío no le gustaba dormir en hoteles de “mala muerte” y le
gustaba despilfarrar el dinero. Aunque no puedo quejarme, el hotel que
encontramos era hermoso. Habitaciones amplias, un baño en cada habitación y
hasta había chocolatitos en las almohadas! En fin. Estábamos a punto de pagar
cuando el hombre tras el mostrador nos dijo que solo había dos habitaciones
disponibles. Una era pequeña, nada ostentoso. Las misas comodidades del resto
de las habitaciones, pero, solo contaba con una cama, grande, pero solo una. Y
la otra era una habitación un poco más grande, disponía de dos camas, una doble
y la otra simple. Brian se anticipó precipitadamente, casi como si leyera mis
pensamientos.
-ME PIDO LA HABITACION PEQUEÑA!-Dijo poniendo la mano sobre el
mostrador.
-Entonces ya está arreglado.- Dijo mi tío.
Dos horas más tarde estábamos caminando por las calles de la ciudad, en
la crepuscular luz del atardecer y las luces de los autos y faroles. Entramos
en un restaurante no muy elegante pero nada muy ordinario, pedimos una
“Cenalmuerzo” ya que eran alrededor de las 7 de la noche y no habíamos
almorzado nada. Nuestro almuerzo se había quedado en casa…
Regresamos al hotel y me acosté en la cama con mi tío, mientras Oscar se
bañaba. Recuerdo que en ese momento pensé en que tardaríamos un par de días en
volver a tener algo de diversión entre mi tío, Oscar y yo. Veíamos la TV cuando
Oscar salió con un bóxer y una camisa de tirantes negra que le habían regalado
días atrás. Se sentó junto a mí, entrelazando su pierna con la mía. Entonces
empezó a sentir un ambiente un tanto sospechoso. Eliot tenía un amague de
sonrisa en su rostro, contenía una carcajada y a juzgar por la fuerza creciente
que utilizaba, la había intentado ocultar minutos atrás, antes de que Oscar
saliera de la ducha. Por otro lado, Oscar tenía una sonrisa traviesa en sus
labios, un poco menos disimulada. Deje que la velada continuara su rumbo a
pesar de los comportamientos de mis dos acompañantes. Entonces Eliot se metió
entre las sabanas y Oscar lo imito, yo no quería incomodar ya que estaba en el
medio, así que hice lo mismo. Bajo las sabanas había un toqueteo un tanto
anormal, Oscar acariciaba mis piernas con sus pies y me acariciaba el pecho por
encima de la camisa que me había dado uno de los bomberos antes de irnos. Me
acariciaba el pecho y jugaba con mis pezones. Mi tío me hacía cosquillas con
sus pies y puso una mano en mi entrepierna, muy cerca de mi pene, y sentía que
a medida que pasaba el tiempo esta subía un poco más, dirigiéndose a una
estación un tanto atrevida. Sin embargo me gustaba el juego, y me hice el
indiferente lo mejor que pude, sin embargo, la curiosidad me estaba carcomiendo
por dentro y no soporte.
-Venga de que va esto?-Pregunte.
-A que te refieres?-Pregunto Oscar.
-A esta profanación a mi persona-Dije con tono elocuente.
-Esta mañana te profanamos bastante y no te quejaste.-Respondió Eliot.
-Es diferente. Si quieren algo solo díganlo.-Respondí muy serio.
-Está bien-Dijo Oscar.-Queremos profanarte.-Después de decir eso los
tres echamos a reír.
-Pero yo no tengo ganas ahora mismo.-Repuse entre risas.
-Sinceramente eso no me importa.- Respondió Eliot.
-Pero a mí sí. Buenas noches.-Dije, y luego me metí entre las sabanas.
-Está bien.-Respondió Oscar, y tras decirlo, se levantó de la cama,
cruzo la habitación, paso frente a la TV y le quito las sabanas a Eliot, se quitó
la camisa, se puso sobre Eliot y lo empezó a besar. Me gustaría decir que no me
importo, que fui fuerte y me mantuve firme. Pero no fue así; Ardía en celos y
quería matar a Oscar, pero a la vez quería hacerlo mío.
-Está bien.-Dije.-Pero no solo puedo ser yo el profanado.
-Quieres que sea yo?-Pregunto Oscar.
-No.-Dije con firmeza.
-Espera, yo no soy muy bueno en eso, lo eh hecho un par de veces,
pero nada más.- Dijo Eliot incorporándose.
-La práctica hace al maestro.-Respondió Oscar con una mirada pervertida.
-Ah… Vamos! Está bien. Nadie hará nada hoy.
-Sinceramente eso no me importa.-Respondí con una mirada que delataba
placer e ironía. Oscar le retuvo los brazos un momento mientras yo le quitaba
el bóxer que tenía. No me costó casi nada, tal vez porque se rompió en medio del
forcejeo que hubo cuando mi tío intento evitar que lo hiciera, o tal vez…
No, ahora que lo pienso si fue porque se rompieron. En fin. Mi tío estaba
desnudo, con el pene morcillón y estaba empezando a sudar como solo un hombre
lo logra en medio de una noche de un recién iniciado verano. Tome su pene y
empecé a chuparlo lo mejor que pude, quería que se relajara y pensara que no
pasaría nada. Estaba equivocado. Obviamente tenía planeado que el fuera el
penetrado y no yo. Sus gemidos de placer obviamente habían llegado hasta
el primer piso, sabía que era bueno en el sexo oral pero no creí que fuera TAN
bueno. Fue cuestión de segundos, casi milésimas. Para que su pene estuviera
totalmente erecto.
-Está bien.-Dijo mi tío entre gemidos.-Lo hare, pero con una condición.
-Cuál?-Pregunto Oscar.
-Una de las que me está haciendo mi sobrino siempre que yo quiera…-Dijo
haciendo énfasis en la última palabra. Note como los celos empezaban a subir
por la espalda de Oscar hasta llegar a sus ojos.
-Pero no sin mi supervisión.-Respondió Oscar tras unos segundos.
-Está bien.-Respondió Eliot.-Suéltame.- Oscar se levantó de él y se quitó
el bóxer. Dejando al descubierto un lindo pene, Obviamente no tan grande como
el de mi tío pero si podía intentar superarlo, aún estaba cruzando la pubertad
y tenía tiempo para alcanzarlo y pasarlo. En fin. Yo seguí trabajando en el
pene de mi tío y Oscar puso a mi tío a trabajar en el suyo. Me excitaba
bastante ver como otro hombre se comía el pene de mi novio. Aunque me daban
algo de celos. Mi tío me saco su pene de la boca y dejo el pene de mi novio a
un lado, se puso en cuatro patas y se quedó inmóvil. Esperando. Oscar se acercó
y dio la primera estocada, sencilla y delicada, pero firme. Le arranco un
gemido a Eliot, no sé muy bien si fue de placer o de dolor. Yo me acerque a la
cara de Eliot y le bese la frente, luego pose mi pene sobre sus labios,
el empezó a lamerlo, lentamente, haciéndome cosquillas sobre el glande, se lo
metió en la boca suavemente, y empecé a moverme de atrás hacia adelante,
sacándole una que otra arcada de vez en cuando. Oscar empezó a acelerar el
ritmo, lo que me avisaba que estaba por acabar. Un gemido, y el cuerpo de Eliot
se detuvo. Vi como Oscar se masturbaba sobre la espalda de Eliot, eyaculando en
toda la espalda, el disparo más fuerte hizo que cayera semen en el hombro
izquierdo de mi tío.
Me senté en la cama y le hice una seña a mi tío para que se sentara
sobre mí, él se acercó lentamente y me miró fijamente el pene.-No basta con una
vez hoy?- Lo mire fijamente, y volví a hacerle la misma seña para que se
sentara sobre mí, él se acercó a regañadientes y se sentó lentamente. Sentí
como mi pene se abría paso hacia su interior. Se dejó caer de golpe y un gemido
de dolor se ahogó en su garganta. Tome su pene y empecé a masturbarlo
lentamente, eso lo animo y empezó a brincar sobre mi pene. Masajeaba mi pene de
una manera deliciosamente indescriptible, solo puedo decir que sentía todo tan
bien, era obvio que el prepucio había quedado atrás, para que yo sintiera tanto
placer tenía que estar rozando directamente mi glande. El placer me consumía
casi totalmente, no me di cuenta de cuando, pero empecé a masturbar a mi tío a
una velocidad que hacía que le empezara a doler, así que con la mano me detuvo
e hizo que aminorara el paso, eso hice y la cara de mi tío cambio a una cara de
placer puro. Él estaba circunciso así que tenía que lubricar su pene para poder
masturbarlo sin lastimarlo, aunque a juzgar por la cantidad de precum que salía
de su pene su nivel de excitación estaba por el cielo, así que no necesitaba
nada más que su precum y ver como Oscar se masturbaba viéndonos para continuar.
Su pene estaba caliente la velocidad con la que el subía y bajaba era bastante
rápida, y aunque yo estaba cerca de eyacular, él estaba mucho más, y de
sorpresa sentí como de su pene empezaba a salir semen caliente. Nueve
disparos me bañaron, los tres primeros me cayeron en el rostro y los otros
cinco por debajo del cuello, la barbilla y los pezones, y al mismo tiempo sentí
como su esfínter se contraía en su ano, eso me hizo eyacular de inmediato. No sé
cuántas veces eyacule, solo sé que salió mucho semen de el trasero de mi
tío. Oscar se acercó a mí, masturbándose, yo me acerque a su pene, estaba a
punto de metérmelo a la boca, cuando cuatro disparos de semen me cayeron
directamente en la garganta y la lengua. Oscar se hizo a un lado de la cama, yo
me quede sentado y mi tío se sacó mi pene, y después de descargar una gran
cantidad de semen el toilet, se volvió a acostar junto a Oscar. Dormí bastante
mal, Los sueños empeoraron desde ese día, ya no eran solo sueños extraños y
delirantes, desde ese día empezaron sueños directos, como mensajes, que primero
empezaban siendo insinuaciones, y cuando se cansaron de ser solo eso, quisieron
decirme directamente que querían, o tal vez a que le tenía miedo.
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